Subscribe:

lunes, 10 de octubre de 2011

“Curriculum Poético”

Ónimo: José de Rosamantes
lidiador en los campos de Las Letras
poeta y relatista de vocación,
de profesión y oficio,
padezco de  Grafomanía Crónica.
Hombre por naturaleza y a ex profeso,
nacido en la Posvíspera de un Agosto glorioso.



Mi carta credencial: Suroestano,
querido vástago de la provincia de Barahona,
amamantado por las jugosas ubres guanabanescas
de La Ciénega.
Crecido bajo las locas sombras
de las matas de mangos.
Allí almorzaba y  siestaba
mi existencia de púber.
Acostumbrado al maroteo de los mamones
estuprador de frutas señoritas.


Dueño de las montañas
Soberano del mar
Vigía del horizonte
y esposo de harenes de  musas,
perseguidor de las noches
para atrapar misterios.


Compañero de rutas del Sol
violador de la arena virgen 
realengo viento de las grises tardes,
canto mudo de los caracoles
y rabia de las olas del Caribe.

La Luna fue mi brújula 
durante largos añoluces
tenorio del espacio cósmico,
coronado de puntos estelares.
Dueño absoluto de estos lugares prístinos,
empresario de los puntos cardinales
amo de multitudes de pájaros alados  
fabricador de sueños y esperanzas.

Mi espejo, y el de todos: El Océano,
mi lecho, los jirones de nubes blanquiazules,
mi traje predilecto: La candorosa espuma.
Mi enfermiza pasión, cubrir la lejanía con la luz de mis ojos    
y aproximar los puntos más dispersos.

Pasatiempo: El rigor de mi oficio,
pensar en los demás de mi calaña,
tomar la sutileza de lo abrupto,
para escribir mis versos.
Coleccionar doradas piedrecillas de las charcas, de la playa
juguetear con el agua insurrecta  de los ríos
besar la mar en plena cara de agua,
atrapar ilusiones para guardarlas en el baúl del tiempo
 perfumarme con el Cundeamor
y ser eterno esclavo de la libertad
de todo el que gime conmigo.

Mi postre: Rehacer el amor a mis antojos,
sin espera ni límites
prodigar placer a mis congéneres,
enfrascarme en conflictos insalvables
con todo lo que amo, para amarlo.

Me gusta perderme por los senderos
espectrales de la noche,
como las libres luciérnagas.
Alimentar el órgano penil 
con suculentos banquetes vaginales.
Mordisquear manzanas mamarías,
danzar sobre las pistas púbicas, canciones kilométricas.

Llevar las penas de mis compañeros a cuestas,
cantar sus cantos, que son menos que las penas.
Mi mayor ambición es, ser eterno candidato a la inmortalidad,
construir mi guarida bajo las ingles
de las castalias de carnes, con glúteos de cemento.


Mi febril compañía: Una mujer, una pluma
un pliego de hojas blancas,
un virgen ramo de metáforas disponibles
para tejer mis versos,
y luego de unas horas de afanosa pasión,
tres puntos suspensivos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aún en la distancia, me siento muy orgulloso de quien te has convertido. Eres todo exponente literario, un burro parlante que escribe lo inimaginable, que detalla lo indetallable, que lleva a volar la imaginación, aún al que no tiene. Soy apenas un borroso reflejo de ti, tu sapiencia, tu esencia, en fin, todo lo que eres intelectualmente. Gracias por permitir en mi ese rastro. Lic. Malvin Ramirez

Publicar un comentario