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lunes, 10 de octubre de 2011

Amor Cuadrúpedo


Mi manera de amar, pues suele ser cuadrúpeda
Sobre mí se cabalga dulcemente trotando
Me maltratan frecuente los ijares
Me llevan del cabestro como especimen viejo.


Mi mujer, la que sea, en el momento dado
me adjetiva, que soy una dócil montura
Para ella, soy un potro levemente instruido
y mi voz temblorosa es tierno resoplido.

Mis amigos pronuncian que soy un burro sabio
Que me como la hierba a tinta y a papel
Los matorrales púbicos los trituro despacio
Cuando alguien a quien  amo me tiene apersogado.


Soy un asno graduado. Con una maestría
en rebuznos de alcoba y en coces de aposento
un burro catedrático, consejero y poeta.
Yo anuncio en cada verso sobre las forrajeras,
la forma más sincera de cortejar zaleas.


Me siento muy honrado con ser un hombre burro
De dos patas a cuatros resulta un gran avance
peor fuera ser burro y descender a hombre,
porque entonces sería burro miles de veces.

Se ha invertido la vida. Ahora los burros piensan,
abigarrados literatos que escriben cartas de amores
y poemas y relatos.
Ahora somos filósofos los asnos,
músicos, compositores, cantautores y orquestadores.


Burros universitarios,
años después, licenciados,
que en ves de crespos pelambres,
vestimos de finos trajes,
desnudos trajes.


Cuando un burro se hace hombre    
se convierte en cruel hipócrita
porque esconde sus dos patas
que son sus manos plagiadas.


Creo que la mujer que monta
mis ancas ligeras, dorsas,
me da mi diploma de asno
siempre y cuando la deshierbe.


Por ahora, los burros somos
 los dueños del mundo,
el Universo es nuestro.
De manera, que, Dios existe por los burros,
y los mares y el Cosmo,
y los astros.
La luz, la sombra, la distancia, lo cercano.


El Génesis y el Fin no son posible,
sin nosotros los burros.
Todo, después de todo
Y ante todo, nos pertenece.
Porque nos hemos hechos burros perilustres
gerentes de oficinas.
Industriales, locutores, maestros burros
burros maestros.
Doctores burros, burros doctores.

Ya los burros no son burros,
ya los hombres no son hombres
ahora uno es el otro
y el otro es el uno.


En lo que a mí concierne, Soy un burro señor,
un cuadrúpedo lírico,
un asno Juan Tenorio, Casanova, Rubirosa.
Un pollino romántico con un pecho sensible,
que tiene corazón y se enamora,
al avistar de lejos las acémilas.
Un burro lógico,
que sueña pervivir en sus burradas.

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